Ermita de la Virgen Ntra. Sra. de Gracia
Ermita dedicada a la Virgen Ntra. Sra. de Gracia, Patrona de Belmonte, construida en el siglo XIII, pues ya existe constancia documentada de que la ermita fue reedificada por la Casa de Villena y por don Juan Fernández Pacheco, personaje al que el rey Enrique III le concede el Señorío de Belmonte en 1398.
Durante los siglos XIV, XV y XVI la ermita sufrió distintas reformas según gustos y necesidades de cada época. La edificación, tal y como la conocemos actualmente, corresponde a finales del XVI, de planta rectangular y arcos fajones que se apoyan en pilastras salientes en el interior de la ermita, con bóveda de cañón y lunetos de arista1.
La fachada de piedra contiene portada del siglo XVII, de arco de medio punto enmarcado con pilastras que sujetan el entablamento, sobre él se ubica un frontón triangular interrumpido por una hornacina que contiene la imagen de la Patrona, también en piedra. Y sobre la misma, el escudo en piedra de don Diego López Pacheco, II Marqués de Villena.
Tras la primera edificación de la ermita, probablemente de más reducidas dimensiones y del estilo típico de la arquitectura de la repoblación, basada en el ábside semicircular, el edificio ha ido teniendo sucesivas remodelaciones, la última en 1995, hasta su estado actual.
En la parte superior de la fachada principal, orientada hacia el sur, se halla el campanil de doble ventana, coronado por una pequeña espadaña. La portada es traída desde la antigua ermita de Santa Quiteria, una vez desaparecida ésta, la cual se hallaba en la calle del mismo nombre, a poca distancia de la puerta de muralla de Chinchilla, en el camino de San Clemente.
La parte más cercana al altar es de bóveda de media naranja apoyada en pechinas, decorada con motivos marianos y dorada con oro fino. Corresponde esta parte a una de las últimas reformas más relevantes del templo, realizada en el siglo XVIII.
En las relaciones de pueblos de España realizada por Felipe II en 1579 ya se cita la gran devoción que, en el pueblo de Belmonte y comarca, se tenía a la Virgen de Gracia, al tiempo que se le atribuyen numerosos favores y milagros.
Cuentan las crónicas de la época que siendo obispo de Cuenca San Julián, acaeció que la Virgen se apareció a unos pastores cuando iban a sacar agua del pozo. Es por ello que en este lugar se mandó construir una ermita, levantándose el altar sobre el mismo pozo.
La Virgen de Gracia, Patrona de Belmonte, es una magnífica talla románica de madera policromada de 42 cm de altura de mediados del siglo XIII. Talla de cuerpo completo que representa a María sentada en un trono de madera con el Niño sobre su pierna izquierda, en actitud de bendecir. La Virgen lo sujeta con la mano izquierda mientras que en la derecha nos muestra el orbe del mundo, símbolo de autoridad y soberanía.
Es en el siglo XVII cuando la Virgen se viste con manto y bordados, se le ponen ojos de cristal y se le cerciona el trono para permitir el poder ponerle los ropajes; posiblemente la silla tronal estuviera rematada por dos pináculos góticos puntiagudos. No obstante, los rasgos faciales, la inexistente proporción del cuerpo, especialmente en cara y manos, así como su actitud serena, nos siguen mostrando una imagen románica, a pesar de los ropajes barrocos.
La imagen de la Virgen fue restaurada en 1994, recuperando todo su esplendor y policromía. A partir de entonces, durante todo el mes de mayo la Virgen de Gracia es expuesta en su altar de la ermita sin los ropajes, lo que permite apreciar la valía artística y la belleza natural de la talla.
Las fiestas patronales en honor de la Virgen de Gracia se celebran en septiembre, coincidiendo la subida de la imagen en procesión a visitar La Colegiata de Belmonte con el segundo sábado del mes.
1 Andújar Ortega, Luis (1995). Belmonte, cuna de Fray Luis de León, p. 250. Ed. El Autor.
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